jueves, 10 de septiembre de 2009

Nuestra primera tarde juntos, empezando de 0...


Tu sms diciéndome que ya salías a mi encuentro no me llegó por sorpresa, de hecho lo estaba esperando, pero aun así cuando sonó la señal del móvil mi corazón dio un vuelco y sentí en el estómago un hormigueo incontrolable ante la idea de nuestro primer encuentro intimo después de dos largos meses.

Durante el corto trayecto que separa mi oficina de nuestro punto de reunión vinieron a mi mente las imágenes más diversas, mezcla de placer, alegría, tristeza y abandono. La experiencia pasada contigo no era de las mejores pero estaba dispuesta a disfrutar como si nada hubiese pasado, como si el tiempo se hubiese detenido dos meses atrás. Es más, estaba dispuesta a empezar de cero, siendo cómplices, amantes y totalmente sinceros, tal y como habíamos hablado días antes.

Estaba ya en el sitio acordado cuando apenas un minuto mas tarde apareciste tu por detrás. Nos abrazamos, fue un abrazo cariñoso, muy íntimo, cómo el que siempre nos hemos dado cuando nos vemos.Pude ver en tus ojos la excitación y las ganas de estar conmigo, al igual que tu debiste notar el deseo que desprendía cada poro de mi piel.

Donde vamos? preguntaste
A mi casa! respondí al instante.
Hasta ese momento no lo había pensado pero me dí cuenta en ese instante que necesitaba que este encuentro fuese tranquilo, especial, distinto..un empezar de cero en todos los sentidos y para eso necesitabamos estar completamente solos, tu y yo sin nada ni nadie que nos distrajese.

Tomamos un taxi y el trayecto transcurrió entre risas, intercaladas por algunas caricias y besos furtivos.

Al llegar a mi casa, después de comentar alguna que otra banalidad, te llevé hasta mi habitación y en la puerta me abrazaste y me besaste dulce y apasionadamente... un beso que llegó hasta mi alma y la hizo temblar. Mi respiración se agitó, sentía tus manos acariciando mi cuello, generando suaves círculos alrededor de mi nuca, provocando en mí un deseo y excitación que pensé en parte perdidos.

Mientras me mantenías fuertemente abrazada a ti me miraste a los ojos y me dijiste " Tengo la tarde para deleitarme contigo y saborearte y no quiero perder ni un minuto"

Lentamente comencé a tocar tu pecho, a sentir tu respiración agitarse junto a la mía, me
tomaste de la cintura y me obligaste a dirigirme hacia la cama, me besaste salvajemente, tu boca pasaba rápidamente de la mía a mi cuello y viceversa.
Tus manos buscaban entre mis ropas las cumbres de mis pechos que estaban esperando por tus caricias.

Lentamente fui despojándome de mis ropas para poder ofrecerte mi cuerpo deseoso del tuyo,
tus manos jugando con mis pezones orgullosamente erguidos mientras mis manos desabrochaban
tu pantalón hasta llegar a tu sexo erguido frente a mi.

De pronto tus manos bajaron hasta mi sexo, buscando suavemente mi clítoris, buscando mi humedad, provocando oleadas de placer y deseos de tener tu sexo dentro de mí.

Me hiciste tumbar boca arriba y abriendo mis piernas suavemente tu boca pasó de mis labios hasta mi sexo, desapareciste entre mis piernas para darme con tu lengua todo el placer que se pueda imaginar....
Esa lengua tan deseada por mi, tantas veces soñada, tan añorada!

Cerré los ojos y me dejé llevar por el vaivén del placer que recorría mi cuerpo, por la infinidad de maravillosas sensaciones al sentir tu lengua recorrerme.. de repente tenía que mirar, necesitaba comprobar que estabas ahí, que no era un sueño... seguiste proporcionándome con tu lengua y tus dedos un infinito placer.... tus labios envolvían suavemente mi clítoris mientras tu lengua lo estimulaba con rápidas y certeras pasadas sobre él. No sé cuánto tiempo estuviste haciéndolo, sólo sé que precedido de varios pequeños orgasmos me arrancaste un orgasmo intenso y prolongado que me dejó exhausta y totalmente a tu merced.

Entonces, con un movimiento rápido, deslizaste tu cuerpo sobre el mio y me penetraste suavemente al principio, para luego ir aumentando el nivel de fuerza hasta que las sensaciones dentro de mí comenzaron hacer mis piernas temblar. Sentía cómo tu sexo penetraba en mi una y otra vez, sentía tus labios sobre mi pecho, tus gemidos en mi cuello y deseaba más y más a cada minuto...

Me diste la vuelta, y tumbada como estaba me penetraste desde atrás.. la sensacion fue tan deliciosa! podía sentir todo tu peso sobre mi cuerpo, tu cuerpo pegado al mio, tus labios besar mi cuello, tu respiración agitada en mi oído y tu sexo deslizarse suavemente dentro del mio...
No tardaste ni un minuto en llegar al orgasmo, quisiste parar, evitarlo... saliste de mi, pero aun así derramaste tu esencia sobre mi espalda, no podía verte pero te pude sentir... y tumbada como estaba disfruté del masaje agradable y de lo mas sensual en la espalda que me regalaste hidratándome con tu esperma...

Después de un rato de relax, mimos y ronroneo empecé a acariciarte nuevamente y empezamos el delicioso juego del placer una vez mas...

Volviste a saborearme una vez mas hasta arrancarme otro delicioso orgasmo. Te pusiste de pie sobre la cama, frente a mi y de rodillas empecé a deleitarme con tu delicioso pene erguido por y para mi! mmm que delicia! como añoraba su sabor, su dulzura, su suavidad...

Te agarre de las manos e hice que te tumbases boca arriba para sentarme encima tuyo y empecé a cabalgarte como había deseado hacerlo mil veces en estos últimos dos meses..quería sentir tu dureza dentro de mi, sentir como me penetrabas profundamente marcando yo el ritmo... acariciando tu pecho con mis pechos....disfrutando de una de las sensaciones mas eróticas, como tu mismo describiste...

Volviste a ponerte encima mio y volviste a penetrarme, pero esta vez con más violencia,
tus manos agarraban mi pecho y mi pelo suavemente mientras yo suplicaba y pedía más. Sentía cómo te hundías en mí ser, sentía como entrabas y salías. Mi mano bajó hasta llegar a sentir cómo tu sexo entraba en el mío, me detuve en mi clítoris y lo estimulé un poco mientras seguías embistiéndome, busqué el tallo de tu pene, lo toqué y estimulé mientras otro pequeño orgasmo venía a sacudir mi cuerpo.

Luego volví a ponerme encima tuyo y mientras te cabalgaba mis manos tomaban tu cabeza y la llevaban a mis pechos, tu boca succionaba primero un pezón, luego el otro, suavemente mordías, disfrutando de cada movimiento, mis caderas giraban en redondo mientras subían y bajaban sintiéndote muy dentro de mi, mientras con tu mano acariciabas mi clítoris hasta que sentí cómo mi cuerpo se estremecía, mis orgasmos se fueron sucediendo uno tras otro, una serie de orgasmos encadenados, de esos mantenidos, que parecen que no llegan nunca a su fin... Sabes tan bien que teclas tocar en mi! Si fueses un pianista serías Bach sin duda, por la complejidad de sus piezas...

Te recostaste sobre el cabecero de la cama, apoyado en varias almohadas y pude ver tu pene frente a mí, ofreciéndose en toda su magnitud. Mi boca deseosa de él no se demoró en comenzar a jugar nuevamente con él; suavemente primero y subiendo de intensidad después. Mi lengua pasaba a lo largo y ancho de tu pene, buscando saborear hasta la última gota de tus fluidos que ya se encontraban mezclados con los míos. Mis labios lo envolvían, mi boca lo tragaba... Tu cara de satisfacción y tus gemidos me decían que querías más y más. Y te lo dí, hasta que explotaste al fin dentro de mi, tus fluidos llenaban mi boca como nunca antes lo habían hecho...te proporcioné uno de los mejores orgasmos... Tu cara, tu cuerpo, todo tu ser se estremeció y disfrutó de cada milésima de segundo que duró el orgasmo.

En el éxtasis del momento, cansados por el esfuerzo realizado, tumbados uno junto al otro, abrazados, me di cuenta que quería continuar, no quería acabar nunca más, quería quedarme ahí, desnuda a tu merced.

Supe que esa tarde había valido más que cualquier otra tarde del ultimo año pasada junto a ti y supe que era solo el preludio de lo que está por venir.

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