¿Cómo he llegado hasta aquí?
Te despiertas una mañana mirando a la persona que tienes al lado
y de repente te preguntas: ¿Qué hago yo aquí? ¿Cómo he llegado hasta aquí? ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
¿De
verdad hemos sido capaces de vivir tantos años juntos? Y lo siguiente que te
planteas es: ¿Podría yo vivir sin esa persona ahora?
A ver, seamos realistas, si no hay mas remedio sí, todos o casi todos podemos sobrevivir, pero la realidad es NO, yo ahora no podría, sólo la idea de pensarlo hace que se me acelere el corazón y que me cueste respirar, un atisbo de ansiedad asoma por mi garganta.
¿Cuándo pasamos de ser él y yo a ser nosotros? Un NOSOTROS tan fuerte que parece casi indestructible.
Nos conocimos a finales de febrero de 2010, en abril empezamos a tontear y para septiembre empezamos una relación seria, que ha pasado por muchos altibajos, pero ninguno tan fuerte que haya podido romper esto que tenemos.
En septiembre de 2012 se mudó a Bcn a vivir conmigo y en febrero de 2015 nos casamos. pronto serán 10 años, más de 12 de convivencia, casi 15 de relación. !Dios! !Cómo pasa el tiempo! Echo la vista atrás y parece que fue ayer que le conocí, que todo empezó como un juego, que nada estaba planeado, que las cosas fueron simplemente surgiendo y fluyendo, con sus más y sus menos, con la distancia, con mis inseguridades, mis demandas continuas, mis heridas, esas que por un lado me han hecho fuerte pero que dejaron tanta huella que se volvieron parte de mi carácter desconfiado e irascible, que hacen que aún hoy nunca confíe del todo al 100%. Pero por otro lado mi entrega siempre ha sido absoluta a pesar de todo.
Esas heridas que han hecho que en ocasiones le haya hecho pagar los platos rotos de otros, que haya tenido que cargar con mis miedos, con mis inseguridades, con mis dudas...
Hace unos años me dedicó una canción que sigue siendo "mi canción", cada vez que la oigo no puedo evitar que el corazón se me encoja un poquito y unas lagrimas resbalen por mis mejillas. Esa soy yo, la de las dudas infinitas, y ese siempre será él, ahí estará esperando (y aguantando) mientras viva.
Un padre autoritario, exigente, pero muy familiar. Una madre sometida a una vida que tal vez no deseaba, una vida a la sombra de mi padre, tan enamorada y tan pendiente de él hasta el ultimo minuto, que dejó sus deseos, sus necesidades en un segundo plano para acompañarle hasta el final. Una mujer fuerte, mucho más de lo que parecía, que siempre estuvo ahí, pero que a raíz de la muerte de mi padre ha florecido, ha sido ella misma, a pesar de la edad y los achaques. Ojalá hubiese podido ser más ella misma antes!, ojalá hubiese tenido algo mas de reconocimiento antes! Y de eso también me culpo. Una vida cargada de maletas a cuestas, una vida por y para la familia. Y a veces quizás es eso lo que hace que me revele, que no me quiero parecer a ella, que no quiero estar ahí siempre para todo el mundo, por eso quizás busco mi lugar y a veces no lo encuentro. Quizás por eso esa necesidad de protagonismo, de querer ser, de dejar huella, aunque sea negativa.
Y estoy divagando, yendo adelante y atrás, mezclando todo, pero es terapia, hacía tanto que no escribía, tanto que no me dejaba llevar sin más por mis pensamientos y dejarlos fluir sobre las letras del teclado que me resulta incluso extraño.
Supongo que es bueno, y que porqué no, es momento de retomar esto, de que no todo tiene que ser blanco o negro, que no puede ser que escriba sólo si me siento devastada o me siento eufórica, quizás, simplemente escribir, sacar todo esto que llevo dentro, un día cualquiera, como hoy, me ayude, no sé muy bien a qué, pero quizás no esté tan mal, quizás incluso esto esté bien.
Y es entonces cuando me vuelvo a preguntar ¿Cómo he llegado a esto? a esta vida que tengo, y quizás sea momento de empezar a desgranar, por capítulos, en idas y venidas, mi esencia, mis vivencias, para entenderme más a mi, para ser mas yo, sin dejar de ser NOSOTROS.
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